REFLEXION AL PANISMO EN GUANAJUATO
Una lealtad mal entendida.
Por Adolfo Enríquez Vanderkam
Se entiende por lealtad un sinónimo de nobleza, rectitud, honradez, honestidad entre otros valores morales y éticos que permiten desarrollar fuertes relaciones sociales o de amistad, en donde se crea un vínculo de confianza muy sólido.
Los leoneses le han demostrado lealtad al Partido Acción Nacional (PAN) por décadas, y lamentablemente hoy por hoy no son bien correspondidos. Hay que retrotraernos a finales de los 80´s, donde hombres y mujeres valientes luchaban contra un monstruo corrupto que era el PRI, lleno de corrupción, deshonestidad, amiguismo, tráfico de influencias, que se robaba las elecciones comprando votos y era casi imposible ganarle. Ese puñado de ciudadanos valientes formaban al PAN, y su intención de llegar al poder era para servir, no para servirse, querían gobernar para demostrar que ciudadanos comunes estaban preparados y comprometidos para mejorar las cosas en León. Se elegían a los más preparados y con una intachable trayectoria para ocupar las candidaturas y no se perseguían negocios para acrecentar fortunas personales. Al inicio las intenciones fueron buenas, pero el desgaste de gobernar, la falta de contrapesos y la ambición los hicieron iguales a los que antes denostaban, es decir, al PRI.
¿Qué es el PAN el día de hoy? Es una agencia de colocaciones, donde los méritos que importan son la obediencia ciega e ignominiosa a la nomenclatura que tiene secuestrado a ese partido. “El bien común” que tanto pregonaban se perdió en un mar de intereses inconfesables, colusión en negros negocios, y una ambición al poder por el poder mismo, no cómo herramienta de servicio. 30 años gobernando Guanajuato corrompieron hasta sus entrañas al PAN y hoy están muy lejos de la visión de Manuel Gómez Morín de querer una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos.
El PAN resultó una copia barata de lo que es el PRI, mismos vicios, mismas costumbres, que van desde la manipulación de sus miembros en las elecciones internas, hasta la compra de votos de ciudadanos en las elecciones, que generalmente son a los más pobres. ¿Cómo pensar en el PAN como un partido honesto cuando defiende a capa y espada a los innombrables de Carlos Zamarripa Aguirre y Alvar Cabeza de Vaca Appendini? ¿Cómo pensar en un PAN defensor de la rendición de cuentas cuando todos sabemos las millonarias cantidades de dinero que se llevaron a la bolsa Juan Manuel Oliva Ramírez y Miguel Márquez Márquez y caminan impunemente por la calle? ¿Cómo pensar en un PAN democrático si sus diputados, que por años llevan siendo mayoría en el Congreso Local, no son más que una oficialía de partes del Gobernador en turno, que como en el PRI, es el Jefe Supremo del partido y todo depende de su voluntad?
Sostengo que al principio de su lucha, las intenciones del PAN eran buenas, de eso no me cabe la menor duda, pero todos sabemos que el poder corrompe, pero el poder absoluto, corrompe absolutamente. Ejemplos de corrupción en Guanajuato hay muchos, lo que no hay son encarcelados por traicionar al pueblo y robarse su dinero.
Podemos estar 100% seguros que los candidatos que presente el PAN para la elección de éste año, sera incondicionales de Miguel Márquez Márquez y de Diego Sin-Hue, que quieren llegar al cargo para tapar tropelías, para que triunfe la impunidad y para seguir manejando al estado como su negocio personal.
Ya es tal el descaro del PAN a la hora de elegir candidatos, sabedores que la gente votará por ellos, que hasta gente inhabilitada postula, como el caso del ladrón de Miguel Salím Alle. Y no duden que Miguel Márquez Márquez busque una diputación, total, los guanajuatenses todo perdonan y olvidan fácilmente.
No hay en el mundo historias de éxito de una ciudad, estado o país donde la permanencia prolongada de un sólo partido en el poder, signifique honestidad, progreso, rendición de cuentas y resultados. Al contrario, por la falta de contrapesos se vuelven corruptos, descarados e ineficientes.
Podríamos en éste 2021, elegir un Congreso del Estado con mayoría de la oposición, para equilibrar el poder, para que haya una verdadera fiscalización de los recursos y que por fin, después de 30 años, tengamos una rendición de cuentas.
Si creemos que no podemos estar peor, les recuerdo que somos el estado más violento del país, con una educación de las más bajas, con la mitad de la población en la pobreza y con una corrupción lacerante, que aunque escondida, existe y es enorme.
Los guanajuatenses no debemos sentirnos comprometidos a votar por el PAN, cuando nos han mentido, nos han robado y han llenado de sangre las calles de Guanajuato. Por la falta de resultados, por la corrupción, por los innumerables negocios a la sombre del poder, no tenemos que serles leales, ellos, los del PAN, fueron los que nos traicionaron.
Sería tonto negar que los gobiernos panistas han traído muchas inversiones, y eso se aplaude y reconoce, pero pensar que sólo con ese mérito debemos conformarnos es un grave error, tan es así que el estado de derecho en Guanajuato es débil y la principal responsabilidad de un gobierno que es la de garantizar la paz y la seguridad de sus gobernantes, nos sitúa en el último lugar de la lista del país.
Que viva la democracia, que viva el multipartidismo, que viva el libre tránsito de ideas, que se valga disentir, que la ley sea aplicada igual para todos, que termine la hegemonía de partido, que no haya impunidad, que se ataque la corrupción, que se vayan los funcionarios anquilosados en sus cargos solo por compromisos inconfesables y que en Guanajuato, el que la haga, la pague.
El 2021 es nuestra oportunidad. Sacudamos la estructura del gobierno de Guanajuato, que después de 30 años, no es lo que necesitamos para salir adelante. Traicionaron nuestra lealtad, ¿Por qué debemos serles leales a ellos?
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