Peña como Santa Anna, traidor a la Patria!!!
Tuvieron que pasar 170 años
de haberse firmado el Tratado de Guadalupe Hidalgo, entre los Estados
Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América, donde el generalísimo
Antonio López de Santa Anna otorgó más de la mitad de nuestro territorio
nacional, 2.4 millones km2 de tierras fértiles y reconoció la perdida
de Texas, para que nuestra Nación volviera a ser cedida a extranjeros.
A cambio de esta extensión territorial
-que comprende hoy los estados de California, Nevada, Utah, Nuevo
México, Texas, partes de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma-
se pagó al dictador vitalicio, héroe de la independencia de México, la
cantidad de 15 millones de pesos, pero ahora nada recibirá el pueblo de
México, sólo otra gravosa pérdida de la soberanía nacional.
Con la complacencia de gobernadores,
legisladores de oposición, funcionarios federales, industriales y
representantes de ONG´s y la sociedad civil, sin chistar ni levantar la
voz, todos aplaudieron la firma de 10 decretos presidenciales por el que
se otorgan 300 cuencas, bajo el esquema de concesión hasta por 50 años,
mediante el esquema de fracking, a industriales mineros y de los
hidrocarburos.
Este nuevo lance presidencial es la
culminación de la entrega del país a extranjeros, que en menos de 6 años
ha cedido todo el patrimonio nacional, antes mediante las infames
Reformas Estructurales; pero ahora, a punto de dejar la Presidencia de
México, abusando de la potestad que la propia Constitución le confiere,
comete la más grande felonía en toda la historia del PRI- Gobierno.
Un alevoso acto que extingue el derecho
de los pueblos originarios, que perderán su agua a manos de compañías
mineras, petroleras y demás trasnacionales. El decretazo de Peña, en
medio de las campañas electorales y la fiebre mundialista, acaba por
darnos el golpe final al ya de por si saqueado país en el que vivimos,
padecemos y sufrimos aguda corrupción y cinismo de la clase gobernante.
El robo actual equivale al 40% de las
cuencas del país, que contienen 55% de las aguas superficiales de la
Nación, más o menos la superficie “capitulada” por nuestra Nación en la
llamada Guerra México- Estadounidense, donde perdimos más del 50% de
nuestro territorio, ayer bajo el mandato de Antonio López de Santa Anna,
hoy en la complacencia de Enrique Peña Nieto, ambos traidores.
Así, elimina la veda que existía en el
área del Grijalva-Usumacinta, Papaloapan, la Costa de Jalisco, Ameca, el
Pánuco, la Costa Grande de Guerrero, San Fernando, Soto la Marina, y
Lerma-Santiago, que significan 300 cuencas hidrológicas (de las 756 que
existen), pretextando que se convertirán en zonas de reserva, todo ello
ante la escasez del líquido y la desigualdad económico- social en
México.
La trampa radica en la presunta
disparidad sobre el acceso de la población al líquido vital, según esto
la zona centro-norte de México concentra el 27% de población que genera
el 79% del Producto Interno Bruto (PIB); sin embargo, sólo tiene acceso
al 32% del agua potable. Asimismo la zona sur, donde existe el 68% del
agua nacional, el 23% de la población genera sólo el 21% del PIB.
Es decir, en lugar de idear mecanismos
que garanticen el acceso equitativo del agua y desarrollo de las
comunidades, los decretazos despojando a unos y a otros del derecho al
vital líquido, para que extranjeros lo usen y disfruten, sólo que estos
ni tontos ni perezosos la emplearán para seguir explotando nuestros
recursos minerales y pétreos, lo cual dejarán aguas contaminadas e
inservibles a futuro.
Los genios gubernamentales pretextan que
esta decisión beneficiará a 45 millones de personas, lo que no refiere
es a los que perjudicará su estupidez y voracidad. Expertos
internacionales y de la propia Conagua afirman que aun cuando fue una
supuesta recomendación de la International Water Resources Association y
el World Resources Institute, es un exceso que lacera de vida de la
población.
Aquí no caben interpretaciones o
tecnicismos, lo cierto es que están hipotecando un derecho humano y
universal al agua, el desarrollo económico del país y la paz social, que
implica gobernabilidad, pues también afectará los trasvases de agua a
gran escala, en detrimento de medianas y grandes urbes, no sólo de las
pequeñas comunidades, como el feneciente sistema Cutzamala del EdoMex a
la CDMX.
Estos despojos metaconstitucionales
suponen la joya de la corona de la inercia depredadora de la actual
administración federal que no conforme con privatizar la industria
energética: Petróleo, Gas y Electricidad, la Educación y la Salud,
cancelando el futuro de México, ahora nos roba el derecho inalienable
del agua, en aras de pagar favores a los que siguen favoreciendo a este
régimen caduco.
También la lluvia, película de la vida
real, relata la protesta de trabajadores, campesinos y sociedad en
Bolivia, después de que la norteamericana Bechtel subió el precio del
agua 300%. Este acto simboliza el sentir de una Nación como la nuestra,
sumida en el hartazgo por la corrupción; allá sacaron las armas, aquí de
menos es que el responsable sea enjuiciado por Crimen de lesa Nación!!!
Twitter: @Armando_Alcocer
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